La Historia de la Inquisición

Entre los siglos XII y XIX la Iglesia inició una guerra contra todo el que negara sus doctrinas, todo el que pensara libremente y llegara a conclusiones que contradijeran las opiniones de la Iglesia.
Aquellos que discrepaban eran perseguidos, encarcelados, torturados y quemados en la hoguera.
Miles de personas tuvieron un fatal destino y demostraron que, si el poder corrompe, una Iglesia con demasiado poder puede provocar un gran daño a las personas y a la libertad.
Con muy buenas intenciones, sí, salvar sus almas.
Afortunadamente la Iglesia Cristiana ya no tiene el poder que tuvo antes y ya no comete esos desmanes, pero en cualquier momento pueden surgir otras ideologías que, con las mejores intenciones, persigan las ideas libres de otros y nos traigan una nueva tiranía.

Lee el artículo completo en La Historia de la Inquisición